El Museo Nacional de Bellas Artes, como todos los grandes museos del mundo, alimenta el mito de que lo que no se ve en sus paredes y salas es mucho más interesante que lo que se exhibe.
Hay una obra en particular, que no está entre las que podemos ver en sus galerías de Dai-Chien Chang. Se trata de un ángel de estilo clásico chino. Un ángel que vuela sin alas, en su lugar tiene un lazo que lo sostiene por debajo de sus brazos y cuyos extremos se extienden en líneas paralelas hacia el margen superior derecho de la acuarela.
Su relevancia, radica en las coincidencias.
Dai-Chien Chang donó esta obra a la colección permanente del MNBA durante el tiempo en que vivió en Argentina. Y vivió en Mendoza, ciudad natal de Juan Pablo Inzirillo, cuya obra se exhibe en De Sousa Gallery hasta el 2 de Mayo.
Los une entonces a ambos artistas la ciudad de Mendoza y el lazo.
Mientras que Chang lo dejó en una acuarela, Inzirillo lo plasmó en una de sus obras, #7 de la nueva serie Elemental. Su lazo, también se extiende por la obra, y conserva esa precisión en la línea que subyuga inmediatamente por ser limpia y pura.
Para aquellos seguidores de Inzirillo, sorprenderá que en la serie Elemental, la obra se presente modulada. En palabras del curador de la muestra Leandro Martinez Depietri “su obra parte de un módulo fijo como si trabajara una pieza industrial para futuros encastres” ¿Y qué llevó a Inzirillo a modular su obra? ¿La necesidad de tener opciones para combinar según las dimensiones de la pared? ¿Un interés lúdico? ¿O simplemente una nueva búsqueda? Son preguntas que solo el artista puede responder. Podremos llegar a algunas conclusiones a partir de las otras obras que conforman Elemental. Sin embargo, debiéramos disfrutar, más que indagar.
La calle Arroyo invita a detenerse y contemplar las obras desde la vidriera. Y al ingresar, la proximidad da lugar a descubrir la magia de los detalles: intencionados desgastes del color precisamente desdibujados, líneas irregulares y sugestivas, contornos donde podríamos reconocer formas naturales. Todo ello novedoso en la obra de Inzirillo y cautivante por el blanco del soporte.
En la obra #4, la línea se ve interrumpida por un módulo negro pleno y reaparece en el siguiente, con eléctrica convicción. A diferencia de la obra #6, donde la tinta desvanecida hace casi imperceptible la línea y culmina con rojo sobre el margen superior derecho, el mismo margen en que Chang termina con el lazo/ala de su ángel.
En #5, una cuota precisa de azul capta el interés y acompaña muy bien a los módulos que con su línea invitan a recorrer una obra donde las formas y el negro pleno de uno de los paneles -en mayor extensión que los anteriores- equilibra el blanco latente en su fondo. Blanco, que sin línea alguna, podríamos inferir vacío. Sin embargo, al igual que en Oriente, se nos presenta como la posibilidad plena del ser.
Elemental, es pintura pura en un soporte no convencional y con muchas posibilidades, muchas más de las que le atribuiríamos a la tinta sobre el alto impacto.
El misterio que nos deja Elemental, radica en cuáles serán los módulos que no hemos conocido aún. Y al igual que en el depósito de un gran museo, aumenta nuestras expectativas y nos deja con ganas de ver mas.