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NATURA

La mirada de Facundo Maldonado absorbió durante años el paisaje de su Córdoba natal. Allí construyó detallados recuerdos que hoy advertimos en sus pinturas de un modo intenso y vibrante, como todo aquello que conecta con los momentos felices de la vida.

En su obra, como en la naturaleza, todo es una red que se sostiene si y solo sí se mantiene unida. Colores puros se suman a capas de pintura generando texturas, temperaturas, días y noches. Vegetación que no se clasifica a sí misma, sino que es funcional a la situación y al clima que la contienen. Cielos y suelos que se limitan entre sí a través de firmes líneas.


Al igual que Georg Baselitz (considerado padre del neoexpresionismo) hay en Maldonado un interés de hacernos percibir la pintura como pintura, en grandes dimensiones y ensamblando imágenes. Podríamos decir pintura en su condición más natural o como definen los Qeros Incas a la propia existencia: simplemente mezcla de luz y materia.


Alexander von Humboldt (1769-1859) visionario alemán creador de una nueva forma de entender la naturaleza, describía a nuestro planeta como un conjunto natural animado y movido por fuerzas internas. Maldonado materializa esas fuerzas con sus trazos, mientras que su paleta genera un clima de tensión.


Las obras que conforman Natura son conceptualmente coherentes con la definición etimológica; no designan las cosas naturales que vemos en nuestro entorno, sino los procesos que las originan. Son descarnadas, a veces agresivas, al mismo tiempo que sólidas y contundentes cuando nos acercan a los árboles, los ríos y la vegetación de un paisaje que es en cierto modo la naturaleza que se perdió.


Maldonado cree en los procesos e investiga sobre los orígenes, presentando ante nosotros la naturaleza en una lenta y poética vibración.

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