Agustín Gonzalez Goytia (Tucumán, 1981) creó un Ultramundo donde sus pinturas -de fuerte impronta instalativa- se apropian del espacio.
Con carácter escenográfico, una pintura de gran extensión cubre las paredes de Pasto, mientras que otras se distribuyen estratégicamente en la sala evocando un posible campo de batalla.
Si bien las banderas están enmarcadas en la temática bélica, no es frecuente encontrar tantas en un mismo combate. Sin embargo, todas y cada una de ellas dan cuenta de la destreza del artista en la utilización de los recursos plásticos.
A diferencia de la bandera que Ivan Grilo (Brasil, 1986) presentó en su obra Quando é Tempo en ArteBA 2014, donde la tela estaba colgada y el mástil apoyado por separado en la pared; aquí las banderas están izadas e intencionalmente presentadas. Los dibujos parecen acompañar el natural vuelo del cantón superior al pendiente, invitando a imaginar lo que el cantón inferior al asta nos oculta.
La bandera desmembrada de Grilo simbolizaba la ausencia de quienes la habían enarbolado originalmente; mientras que las banderas de González Goytía entienden que son varios los que aún las sostienen.
En las obras de Ultramundo el proceso de preparación de las telas -que luego fueron la base de las pinturas que vemos hoy- ha implicado laboriosa y artesanal disciplina de trabajo para el artista. Teñidas y con marcas que supo respetar, generó espacios donde el color per se se convirtió en silencio entre las figuras.
La paleta resume al igual que el trazo, ese gesto de la pintura de González Goytía: azul y una escala de rojos donde la contundencia del contorno es delimitado por un trazo negro delgado, pero con el carácter suficiente como para visualizar las formas inequívocamente.
Bases, astas y cimeras fueron elaboradas por el artista a partir de objetos de su hogar (macetas, contenedores, etc) y completan la idea de una bandera muy apropiada para quien eligió lo épico como representación de su Ultramundo.
Roberto Amigo señala en el texto que acompaña la muestra “...La búsqueda de la soledad -que se encuentra en la pintura de paisajes de espíritu taoísta- asume una sensación nostálgica, como un tiempo transcurrido por el otro, si es posible la nostalgia de lo que no hemos vivenciado, de aquello que ha vivido otro...” Y es allí donde la cuestión temporal-espacial juega un rol fundamental, Ultramundo nos pone literalmente más allá del mundo. Nos aferramos a los signos que estas banderas nos presentan y reconstruimos a partir de ellas una historia, la cual entre colores y silencios puede tomar rumbos diversos.
Es sabido que para romper con una tradición, primero hay que conocerla. González Goytía ha trabajado durante años en silencio en su Tucumán natal y ha participado de residencias que lo trajeron a Buenos Aires regularmente, hasta ser distinguido por Chandon con la adquisición de la obra Batalla en el marco de ArteBA 2015. Esta obra forma parte de la colección de la Maison Moët Hennesy y coinciden con González Goytía en el lugar de residencia, ya que ambos están desde entonces en Buenos Aires.
Ultramundo presentará el próximo sábado 21 a las 11 su catálogo, dejando una huella impresa sobre esta exhibición donde el artista propone una narración pictórica alejada de las paredes que supieron contenerla tradicionalmente.