Paisajes Salamónicos es una invitación a recorrer once pueblos argentinos donde el arquitecto Francisco Salamone creó ciudades en contraste con la inmensidad de la llanura.
Anabella Sapia y Leonardo Fortunato recorrerieron estas locaciones y registraron pictórica y fotográficamente cada una de las construcciones. ¿Pero que hace diferente a este recorrido de tantos otros que los fervientes seguidores de Salamone han emprendido antes? Simplemente la condición de los artistas de realizar la obra in situ, aprovechando las ventajas del contexto y luchando con las condiciones que la naturaleza les impuso en algunos casos.
Mientras que en las pinturas se destacan los colores de los cielos y las líneas edilicias, en las fotografías predomina la geometría de las construcciones. En ambos casos, los artistas rescatan la impronta tan característica de estas edificaciones en contraposición con lo despojado de la vegetación y los cielos de ocasos espectaculares.
Para Sapia y Fortunato, fue también un regreso al punto en el cual se conocieron; ya que cruzaron miradas por primera vez, mientras Sapia pintaba en el Jardín Botánico y Fortunato tomaba allí fotografías.
De la opulencia de su construcción y el crecimiento poblacional, solo llegaron a nuestros días los edificios. Y son ellos el único testigo que nos queda de una empresa que duró cuatro años (1936-1940) y que fuera avalada por Manuel Fresco, gobernador de la provincia de Buenos Aires. En aquel entonces, Fresco busco mostrar un Estado fuerte y presente en la vida cotidiana de los habitantes. Las obras incluían mataderos, cementerios, municipalidades, teatros y plazas acompañadas de luminarias en perfecta coherencia con su estilo arquitectónico. Que es como decir, el trabajo, el esparcimiento y el fin de la vida.
Fue difícil seleccionar las imágenes que pudiesen dar cuenta de esta travesía, ya que muchas de ellas son obras más que registros fotográficos de un proceso creativo. Compartimos con Ustedes Paisajes Salamónicos, un modo de mirar nuestra historia, donde reconocemos en la arquitectura una pieza fundamental para la formación de la identidad de los habitantes de Buenos Aires.